¿Qué es la Arteterapia?
La arteterapia es una forma reconocida de tratamiento en salud mental y medicina a nivel internacional. Practicada por arteterapeutas calificadas, crea un espacio seguro para expresar sentimientos y emociones a través de la expresión visual creativa, permitiendo un diálogo verbal y no verbal para una mejor comprensión de las experiencias propias. A través de métodos integradores, involucra mente, cuerpo y espíritu, facilitando una expresión auténtica y sanadora.
¿Cómo funciona?
Enmarcada en una relación terapéutica auténtica y un espacio seguro, la arteterapeuta invita a la cliente a explorar creativamente temas que han surgido en conversaciones, estimulando la creatividad, la imaginación y la autoexpresión.
En la exploración de elementos simbólicos que hacen consciente lo incosnciente, se facilita un diálogo entre la obra y la creadora. Esto permite observar y ampliar perspectivas sobre un mismo problema, facilitando la autocomprensión y transformación.
¿Quién se beneficia de la Arteterapia?
Honrando los valores y creencias de cada quién, la arteterapia trasciende fronteras culturales, de género y de edad, siendo accesible a todos. No se requiere talento artístico previo, solo curiosidad y apertura para explorar.
¿Cuáles son sus beneficios?
La arteterapia ofrece una amplia gama de beneficios para la salud mental y emocional, como expresión emocional, reducción del estrés, manejo de la ansiedad, mejora de la autoestima, procesamiento del trauma y aumento de la creatividad.
Todo esto desde un marco de validación de las experiencias personales que conlleva al empoderamiento y la reivindicación. Para no vivir desde las márgenes de lo que podemos y deseamos ser, sino desde la celebración y revivindicación de nuestro potencial sanador y de quienes somos con plenitud.
Y cómo aborda la arteterapia al trauma?
La arteterapia ofrece un enfoque valioso para procesar el trauma, abordando tanto las dimensiones emocionales como neurobiológicas del mismo.
Desde un punto de vista emocional, la arteterapia proporciona un espacio seguro para que las personas expresen las emociones y experiencias relacionadas con el trauma de manera visual y simbólica. Esto facilita la liberación emocional y permite la exploración de pensamientos y sentimientos que pueden ser difíciles de abordar verbalmente.
Trabajar con el arte también brinda la oportunidad de habitar el presente mientras se trabaja con heridas del pasado. Ello genera una distancia segura, regulando la intensidad del impacto emocional mientras se abordan esas heridas del pasado. Este proceso puede fomentar un sentido de control sobre la narrativa del trauma, permitiendo a las personas procesar y resignificar su experiencia, volviendo a un estado de seguridad y conexion con sigo mismo y con el entorno.
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